top
BLOG COFRADIA SESENTA AÑOS DE LA ORDEN FRANCISCANA EN SANTO TORIBIO DE LIÉBANA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

SESENTA AÑOS DE LA ORDEN FRANCISCANA EN SANTO TORIBIO DE LIÉBANA: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

J. REDONDO LIÉBANA

Condensar en poco más de una página de Luz de Liébana una historia de siglos con miles deacontecimientos de todo tipo, no resulta nada fácil. Precisamente por ello, intentaré realizar una síntesis brutal sobre la petición que me han hecho desde la revista comarcal para redactar la “historia” de los sesenta años de la presencia Franciscana en el Monasterio.

Para ello, comenzaré remitiéndome al PASADO más cercano al presente comenzando por el estado en el que quedó el edificio tras la Desamortización de Mendizábal y la Guerra Civil Española.

Dicho estado lo describe muy bien Fray Pedro de Anasagasty, Franciscano que participó en los acercamientos poco antes de hacerse cargo la Orden del Monasterio, en este párrafo de su puño y letra: “«El Monasterio de Santo Toribio prácticamente no existe, pues están en completa ruina sus muros y paredes.

Mas hay una base apostólica de importancia: el Lignum Crucis. Su Santuario y su historia son de los primeros hitos de la historia de la Iglesia en España.

Hoy su devoción ha sufrido un paréntesis, pero puede llegar a ser un Santuario veneradísimo en el mundo, si lo sabe llevar dignamente una Comunidad religiosa» (sic).

A pesar de este pesimismo, y después de haber rechazado la comunidad Benedictina la posibilidad de hacerse cargo del Monasterio, como también lo hicieron los abades de Montserrat y Poblet, junto a alguna orden más, la Orden Franciscana, tras muchas negociaciones y una gran acumulación de dudas razonables que terminaron en un NO en la que se consideraba reunión definitiva para tomar una decisión, se produjo el milagro que nos describe muy gráficamente el actual Guardián del Monasterio Juan Manuel Núñez.

“Podíamos decir que nuestra llegada a SantoT oribio fue un tanto milagrosa. D. Desiderio, que entre otras muchas cosas fue el artífice de que el Monasterio no cayera, no se desmoronara, deseaba la llegada de una Orden Contemplativa y siempre dirigió su mirada a la Orden Benedictina. Estos se negaron y es el Obispo de la diócesis, Monseñor Eguino Trecu, quien tiene una idea esclarecedora proponiendo a “sus” frailes de Aránzazu para venir hasta el Monasterio y hacerse cargo del mismo.

Añadiendo a esa idea la conclusión de que si estos renunciaban poco había que hacer en este tema. Dicho y hecho. Monseñor llamó a nuestro provincial quien se presentó con su Consejo en Santo Toribio, dedicaron un tiempo a escudriñar por fuera y por dentro el edificio y la impresión negativa fue tan brutal que dijeron que NO se hacían cargo de algo que estaba tan muerto, que lo único que se podía ofrecer era un respetable entierro.

No obstante, y aquí viene el milagro, el Padre Benito Mendía, nuestro Provincial, antes de hacer el retorno aAránzazu, pidió unos minutos para ir a rezar a la capilla donde se albergaba el Lignum Crucis. Al poco tiempo salió y de forma inesperada dijo: NOS QUEDAMOS. Y ese fue el gran milagro, la transformación de un rotundo no, en un sí, después de orar unos minutos ante la Cruz¨”.

Así llegamos al PRESENTE del Monasterio el 16 de abril de 1961, fecha en la que La Orden Franciscana se hace cargo de su destino desde ese momento. Al frente del mismo llegan desde Aránzazu dos Padres y un Hermano, ejerciendo como Superior o Guardián Félix Jaureguialzo. Más adelante se unirán otros miembros y de esta forma comienza la nueva vida que va convirtiendo las ruinas físicas y religiosas, en prosperidad exterior e interior.

Las ruinas físicas van desapareciendo con la actuación de Regiones Devastadas mediante la cual, el edificio va tomando forma hasta conseguir lo que hoy podemos apreciar, mientras que las religiosas toman su auge con la fraternidad franciscana, heredera del carisma de San Francisco de Asís, el hermano universal, que vivió en Asís del año 1181 al 1226, fraternidad de hermanos, laicos y sacerdotes, convocados de todos los medios sociales y culturales.

Pero está claro que, un pequeño núcleo de Franciscanos, no ha podido hacer posible las transformaciones y cambios que se han producido en estos sesenta años de estancia en la comarca de Liébana, así como las “consecuencias” a nivel nacional e internacional.

Hay que recordar que el Monasterio permaneció en ruinas y cerrado durante mucho tiempo, pero a pesar de todo, la actividad religiosa en el mismo, así como las celebraciones tradicionales, se siguieron produciendo en mayor o menor escala gracias a la devoción de todos los lebaniegos y a la abnegada dedicación de sacerdotes, miembros de la Cofradía, responsables de la Diócesis, voluntarios….

Sin embargo, no se puede ocultar que la llegada de la Orden Franciscana apuntaló y ayudó, en gran medida, a relanzar la actividad y el conocimiento en este periodo del Monasterio y del Lignum Crucis. La estancia permanente bajo su techo, además de una amplia actividad pastoral en diferentes parroquias de la comarca, supone sin duda la mejor garantía de que esto sea así.

La celebración de la Vez, Pentecostés, La Santuca, fiestas de la Cruz, Salidas a diferentes puntos de España del Lignum Crucis, los Jubileos….Estas y otras manifestaciones, con más o menos historia, siguen su curso bajo la presencia franciscana.

El año 1967, seis años después de la llegada de los Franciscanos, se convertirá en un punto de referencia en su devenir posterior. En ese año tiene lugar un hecho muy significativo cuando desde la Santa Sede se concede al Monasterio de Santo Toribio la celebración del Jubileo lebaniego durante todo el año en lugar de los siete días que hasta ese momento estaban autorizados.

En la comunicación se hace constar que solo sería para dicho año, aunque finalmente, y transcurridos tan solo unos meses después, en otro comunicado, la concesión será para siempre. Desde entonces, y siempre que la festividad de Santo Toribio coincida en domingo, se vienen celebrando los años Jubilares que tanta trascendencia han tenido y siguen teniendo en toda la comarca lebaniega y en toda la autonomía.

Y termina esta crónica con el FUTURO que espera a la prosperidad aportada por estos sesentaaños. Y a fe de ser sinceros, parece que esa prosperidad no parece tener un futuro demasiado halagüeño. La evolución de la sociedad durante las últimas décadas ha dado un giro radical.

Las tendencias se inclinan más por lo “mundano”, escasean las vocaciones y todo eso se traduce en la drástica reducción de miembros religiosos para poder mantener lo logrado. En el caso que nos ocupa, el cierre de casas de la Orden se viene produciendo desde hace ya algunos años.

El propio Monasterio de Santo Toribio, ha estado en el ojo del huracán recientemente con la espada del cierre encima. Finalmente se optó por la sede de Santandercapital, salvándose de este modo, afortunadamente, la lebaniega. El número de frailes en el cenobio lebaniego se incrementa en tres, con lo que en estos momentos alcanza los cinco miembros cuando hace tan solo tres o cuatro meses solo se disponía de dos.

Esto ha dado pie a poder dar servicio religioso a núcleos de población que ya se habían “olvidado” por laimposibilidad de atender a tantos con tan poco. Pero no hay que olvidar que esto se puede considerar como pan para hoy y hambre para mañana si tenemos en cuenta que detrás no hay nada o casi nada, y que el tiempo sigue su curso sin detenerse para nadie.

La Orden tiene pendiente un capítulo en el que, entre otras muchas cosas, se tratará de la permanencia en Liébana, aunque las noticias son positivas en el sentido de que el deseo es seguir y, a poder ser, cumplir otro ciclo de tiempo indefinido al frente del Monasterio.

Para finalizar, la sociedad lebaniega en particular y la cántabra en general, agradece a la comunidad Franciscana estos sesenta años de dedicación y servicio a la iglesia.

Recíprocamente desde la comunidad se transmite el agradecimiento a los muchos sacerdotes que les han apoyado y que, en los momentos difíciles de la vida del Monasterio, siempre estuvieron discreta y humildemente. Habría que nombrar a tantos que seguramente quedaría alguno sin mencionar y no sería justo, por tanto, se hace en general ya que, de alguna manera, todos tenemos en mente quienes han sido en cada momento.

Así mismo se reconoce la laborde la Diócesis de Santander en las personas que han estado al frente de la misma duranteestos años. A la Cofradía de la Santísima Cruz por ser el alma en tantos momentos de este largo periodo. A los voluntarios de los Años Jubilares y de todos los días. A la fundación Camino Lebaniego por hacer de altavoz a nuestra discreta labor. Y gracias a tantos rostros amigos y peregrinos y visitantes que al fin y al cabo son la razón de cada día del Monasterio.

Así como pasamos por alto el nombramiento de sacerdotes y personalidades varias que formaron parte de esta historia con su trabajo y dedicación, aunque no por eso se deja de reconocer todo ello, si no que como se decía con anterioridad, son tantos que alguno se quedaría en el tintero y se obraría una injusticia, sí que se escribe aquí el listado de todos los

Guardianes en estos últimos sesenta años de vida del Monasterio. Estos fueron Félix Jaureguialzo, Jesús María Aranzabe, José María Azcue, Juan Ignacio Larrea, Juan Manuel Núñez, único que repite como Guardián y que en la actualidad sigue siéndolo, Carmelo Ajuria, Vitorio Zabalbogeascoa y Luis Domingo Gaya.

Post a Comment

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable Francisco Javier Lombraña Fernández.
  • Finalidad  Moderar los comentarios. Responder las consultas.
  • Legitimación Su consentimiento.
  • Destinatarios  Banahosting.
  • Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Where to find us

Chapel

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur elit sed do eiusmod tempor incididunt.
a
[contact-form-7 404 "No encontrado"]
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de sus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad