ATÍPICA CELEBRACIÓN DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTÍSiMA CRUZ
Por ALEJANDRO FERNANDEZ
El pasado día 14 de septiembre tuvo lugar en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana la fiesta de la Exaltación de la Santísima Cruz. Por motivo de la pandemia mundial derivada del virus Covid19, todo fue muy diferente a como se realiza en circunstancias normales.
Restricción de aforo en el Monasterio, Medidas higiénicas y sanitarias, distancias entre los participantes, y otras actuaciones preventivas, fueron sin duda protagonistas en un día tan especial para los lebaniegos y cofrades en general. A las doce en punto dieron comienzo los actos con la procesión, bajo palio, del madero santo, portado por el nuncio de su Santidad don Bernardito Auza. El recorrido, desde la portería a la iglesia.
Los cofrades encargados de llevar el palio, las velas y el estandarte, se encuentran esperando en la entrada del monasterio, con el distintivo de la cruz con el lazo verde, para comenzar la procesión y en el recuerdo habituales de este día que nos han dejado. En la iglesia y alrededores, se concentran un número grande de fieles a pesar de las restricciones y la no asistencia de muchos que en otras condiciones sí lo hubieran hecho.
El Nuncio Apostólico lleva la Santísima Cruz bajo palio, precedida por el estandarte de la cofradía y los sacerdotes que asisten a la eucaristía. Ya en el interior del Monasterio, se inicia la eucaristía que cuenta con la presencia de la junta directiva de la Cofradía de la Santísima Cruz, los alcaldes de los municipios de Liébana, la consejera de educación y cultura del gobierno de Cantabria, Marina Lombó. Está presente así mismo el Obispo de la diócesis, Manuel Monge, quien concelebra junto a los padres Óscar y Juan Manuel, el provincial de los Padres Franciscanos, el padre Juan Ignacio, el secretario del Obispo Alejandro, El Arcipreste de Liébana Elías Hoyal, y el sacerdote franciscano Chema de la diócesis de Madrid natural de Peñacastillo.
La primera lectura recuerda otro acto de redención del pecado, gracias a la misericordia de Dios, la curación de los israelitas al mirar la serpiente de bronce. La segunda lectura, recuerda que Jesús renunció su condición divina, para morir en la Cruz y por ello ha sido ensalzado y es el «Nombre sobre todo Nombre» . El Arcipreste, leyó el evangelio del día en el cual Jesús le dice a Nicodemo que Dios mandó al mundo a su Hijo para que salve al mundo.
Tras el credo y las preces, como cada celebración de la Santísima Cruz los cofrades encargados, se acercan al altar con los cirios durante la consagración
Tras la comunión, la bendición, el padre Juan Ignacio, explica el origen de la Santísima Cruz y del Monasterio, contando la leyenda del oso que trabajo como buey.
Debido a la pandemia no es posible besar o tocar la Santísima Cruz, por ello las celebraciones se terminan con una procesión interior por la iglesia.
Terminamos con el deseo que la Santísima Cruz nos conceda una celebración normal para el año 2021. En la residencia Félix de las Cuevas también se celebró la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Era la primera vez, desde que hay pandemia que todos los residentes celebraban juntos en el jardín, por ello la eucaristía fue especialmente emocionante.
Fotografías de Alejandro Fernández


