FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTÍSIMA CRUZ
TEXTO Y FOTOS: Alejandro Fernández
Celebramos la fiesta principal del Arciprestazgo y el día grande de la tradición de «La Vez» además en «Año Jubilar».
Como es tradición los cofrades encargados de llevar el palio, las velas y el estandarte, se encuentran esperando en la entrada del monasterio, con el distintivo de la cruz con el lazo verde, para comenzar la procesión .
Minutos antes de las doce se inicia la procesión. El señor obispo lleva la Santísima Cruz bajo palio, precedida por el estandarte de la cofradía y acompañada de los cofrades que llevan los velones, tras ellos los sacerdotes que asisten y el resto de fieles. Al llegar ante la «Puerta del Perdón» el señor obispo entrega el Lignum Crucis al padre guardián José María y reza la oración de entrada del «Año Jubilar»: «Señor Jesucristo tu dijiste Yo soy la Puerta….»
Después se pasa a la iglesia cantando «peregrinos de la Cruz» y se inicia la eucaristía que cuenta con la presencia de la junta directiva de la Cofradía de la Santísima Cruz,
los alcaldes de los municipios de Liébana . Acompañan al señor obispo Don Manuel Sánchez Monge y a su secretario, la comunidad franciscana de Santo Toribio, el padre
provincial de los franciscanos, Don Elías arcipreste de Liébana y Peñarrubia, junto a otros miembros de la comunidad franciscana.
La primera lectura (Nm 21) recuerda otro acto de redención del pecado, gracias a la misericordia de Dios, la curación de los israelitas al mirar la serpiente de bronce. La
segunda lectura (Flp 2, 6-11) recuerda que Jesús renunció su condición divina, para morir en la Cruz y por ello ha sido ensalzado y es el «Nombre sobre todo Nombre» .
Don Elías, leyó el evangelio del día (Juan 3,13-17) en el cual Jesús le dice a Nicodemo que Dios mandó al mundo a su Hijo para que salve al mundo.
En la homilía Don Manuel destaca el valor de «La Cruz». Tras el credo y las preces, como cada celebración de la Santísima Cruz los cofrades encargados se acercan al
altar con los cirios durante la consagración. En este «Año Jubilar» la adoración se celebró en el claustro realizándose una procesión desde la iglesia al claustro.
